Colombia se encuentra entre los cinco países con las tasas de interés bancarias más altas del mundo, según un listado elaborado por la firma Bloomberg, el cual es liderado por Argentina, que en 2022 sufrió una inflación acumulada del 92 % y tiene una tasa de interés del 75 %. Venezuela ocupa el segundo lugar con una tasa del 57 %, seguida por Brasil con el 13,7 %, Hungría con el 13 % y Colombia con el 12 %.
Estas cifras revelan las grandes diferencias entre los países desarrollados y los subdesarrollados, ya que en Europa Occidental las tasas de interés son muy bajas. La situación de crisis económica en Argentina y Venezuela es un factor determinante en el alto nivel de sus tasas de interés, mientras que en el caso de Colombia, aunque no atraviesa una crisis tan aguda, sigue siendo uno de los países con tasas más altas de la región.
Este alto nivel de tasas de interés puede tener un impacto negativo en el crecimiento económico y en la capacidad de las personas y empresas para acceder al crédito, por lo cual expertos consideran importante que las autoridades busquen maneras de estabilizar las tasas de interés y fomentar un ambiente propicio para el crecimiento y la inversión.
La otra cara de la moneda: países con tasas bajísimas
En contraste con los países mencionados anteriormente, algunos países desarrollados tienen tasas de interés bancarias muy bajas. Por ejemplo, Suiza tiene una tasa del 1 %, Dinamarca del 1,7 % y todos los países de la Unión Europea tienen tasas fijas del 2 %.
Estas tasas bajas en países desarrollados se deben, en parte, a la estabilidad económica y política que gozan estos países. Además, las tasas de interés bajas pueden ser una forma de estimular el crecimiento económico y la inversión, ya que facilitan el acceso al crédito y reducen el costo de financiación para las personas y empresas.
En comparación con estos países, Colombia se encuentra en una posición desfavorable, con una tasa de interés del 12 %. Aunque no enfrenta una crisis económica tan grave como Argentina o Venezuela, esta tasa alta puede tener un impacto negativo en el crecimiento económico.