La economía colombiana enfrenta una crisis inminente tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles de emergencia del 25% a todos los productos colombianos que ingresen a Estados Unidos. Esta medida, que podría escalar al 50% en una semana, surge como represalia por la negativa del gobierno de Gustavo Petro a recibir vuelos con migrantes deportados desde territorio norteamericano.
La imposición de estos aranceles amenaza con desestabilizar sectores fundamentales de la economía colombiana. Según María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham), “el impacto será inmediato y devastador. El proceso es rápido, no requiere aprobación del Congreso y afectará gravemente nuestra economía”.
- Exportaciones afectadas: Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, absorbiendo cerca del 29% de sus exportaciones. En 2024, estas alcanzaron los 13 mil millones de dólares, destacándose productos como el petróleo, el café, las flores y el banano.
- Sectores vulnerables: Más de 500.000 familias dependen directamente del sector cafetero, mientras que miles de madres cabeza de familia trabajan en la industria floricultora. Ambos sectores perderían competitividad debido al incremento en costos.
- Efectos financieros: Expertos advierten que las sanciones podrían generar presiones sobre el dólar y complicar la estabilidad macroeconómica del país. “El dólar podría dispararse significativamente, obligando al Banco de la República a intervenir en el mercado cambiario”, señaló Andrés Pardo, ex viceministro de Hacienda.
Además, las sanciones podrían extenderse a restricciones bancarias y financieras, dificultando el acceso al financiamiento internacional para empresas y el gobierno colombiano.
Una crisis diplomática sin precedentes
El conflicto se originó cuando el gobierno colombiano rechazó dos vuelos con migrantes deportados desde Estados Unidos, argumentando que no se garantizaba un trato digno para estas personas. Trump calificó esta decisión como una amenaza a la seguridad nacional estadounidense y ordenó medidas drásticas contra Colombia, incluyendo:
- Aranceles progresivos: Un 25% inicial que podría aumentar al 50% en una semana si no se resuelve la situación.
- Revocación de visas: Suspensión inmediata de visas para funcionarios del gobierno Petro y sus aliados.
- Inspecciones reforzadas: Mayor control aduanero sobre ciudadanos y cargamentos colombianos.
En respuesta, el presidente Gustavo Petro defendió su postura asegurando que no aceptará deportaciones sin condiciones dignas. Además, propuso utilizar aviones civiles para garantizar un retorno respetuoso y convocó a una reunión regional con la CELAC para abordar la crisis migratoria.
Analistas y gremios han instado al gobierno colombiano a buscar una solución diplomática urgente para evitar mayores daños económicos y sociales. “Es necesario actuar con serenidad y responsabilidad. No podemos permitir que una crisis migratoria se convierta en un desastre económico”, afirmó Lacouture.
Mientras tanto, los mercados financieros esperan con incertidumbre los efectos inmediatos de estas sanciones cuando abran este lunes. La relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más críticos en décadas.La próxima semana será decisiva para determinar si ambos gobiernos logran desescalar esta tensión o si las medidas arancelarias se endurecen aún más, profundizando el impacto sobre la economía colombiana.