El Vicepresidente Ejecutivo de de la cadena hotelera GMH, Alejandro Morales, instó al Gobierno a aligerar la carga impositiva para las empresas del sector, las cuales están reventadas y en precarias condiciones, dejándolas muy expuestas al cierre o al cambio de actividad. Así lo dio a conocer durante la presentación del nuevo hotel de la marca bh Barranquilla.
En su análisis, el ejecutivo dijo que la carga de impuestos no se compadece, con el entorno perentorio de competitividad, que las empresas como un todo tenga cargas tributarias que superan el 70 por ciento sin contar otros rubros como salarios, servicios públicos y salarios entre otros.
Indicó que si el ejecutivo no replantea el régimen tributario para las empresas, incluida la hotelería, la recuperación económica no será viable porque muchas factorías prefieren adelgazarse, no evolucionar, frenar compras de innovación y tecnología o lo que es peor dar el paso hacia la informalidad en dónde no hay controles, ni impuesto de renta, ni tarifas tan elevadas que semejan más un castigo que un estímulo.
Dijo que la situación no hay que desestimarla porque ya hay efectos en el valor de los proyectos como consecuencia de la falta de predios disponibles para elevar nuevas construcciones, situación apremiante para inversionistas hoteleros y operadores.
Dijo que para colmo de males, este año terminan las exenciones tributarias para el sector hotelero lo que quiere decir que se apaga un motor que fue el que impulso esta actividad e incentivó las nuevas ofertas hoteleras en todo el país. Recalcó que el contexto no es el mejor ni para promotores ni para los operadores hoteleros que deben esperar nuevos anuncios, ojalá en beneficio de las empresas que necesitan un bajonazo en la carga tributaria para entrar por la senda de la competitividad, el crecimiento y una mayor generación de empleo.
“Si al sector empresarial no le modifican la carga tributaria, no habrá cambios en el comportamiento económico del país y seguiremos con indicadores lánguidos y con una economía frenada”, apuntó Morales.
Morales destacó la situación de Barraquilla, cuyo crecimiento y desarrollo impulsa la industria hotelera, razón por la cual la compañía desarrolló bh Barranquilla, junto con las firmas De&De y GCA S.A. Con bh Barranquilla, ubicado en el Alto Prado, la ciudad aumenta en 64 el número de habitaciones.
La informalidad, otro dolor de cabeza
Otro problema, para nada de poca monta, es el de la hotelería informal que resulta toda una afrenta y una amenaza adicional para los hoteles legalmente constituidos.
Dijo que es urgente hacerle seguimiento a muchos sitios que ofrecen servicios hoteleros o de hospedaje y en donde se evaden obligaciones tributarias, fiscales y contractuales sin que nada ocurra en materia de aplicación de la ley o el ejercicio de la autoridad. Alegó el empresario que ahora cualquier casa o apartamento se alquila o se vende como servicio hotelero, haciendo parte de una competencia desleal que impacta a la hotelería formal.
“A eso yo le llamo los sanandresitos de la hotelería porque son sitios normales que operan como hoteles, cobran como los mismos, pero no pagan IVA, ni ningún impuesto, ahí entran fincas, apartamentos y casas”, denunció.
Sostuvo que en un sitio en Bogotá una persona renta su apartamento por 75 dólares diarios más 15 dólares por concepto de aseo y otros servicios, es decir se gana más de 105 dólares sin pagarle un peso al estado, pero eso sí perjudicando la actividad legal de los hoteleros.
Una devaluación desaprovechada
Con la devaluación y el respectivo encarecimiento del dólar, los analistas económicos vaticinaron que con una divisa fortalecida se aplazarían muchas compras, importaciones y viajes al exterior, aspecto positivo para el mercado interno que vería potenciados algunos sectores como el de la hotelería que se haría más atractiva para propios y extraños toda vez que resultaba más económico pasar vacaciones en Colombia que en el extranjero.
Morales afirmó que esta situación no fue tan favorable y dijo con visible molestia que tristemente los hoteleros no aprovecharon la coyuntura de un dólar fuerte salvo las grandes cadenas hoteleras de cinco estrellas que sostuvieron sus tarifas en divisa obteniendo inmejorables resultados en su ejercicio económico.
Aclaró que si bien aumentó el flujo de turistas del extranjero e inclusive del mercado interno, algunos hoteles equivocaron la estrategia y caso opuesto perdieron plata por hacer rebajas indebidas.
“Fuimos tan estúpidos que en lugar de aprovechar la devaluación bajamos las tarifas en pesos, diferente a la hotelería de cinco estrellas que mantuvo sus tarifas en dólares”, sostuvo.
Actualmente el grupo GMH tiene 12 operaciones en Colombia con las marcas bh, bs, be y EK, nueve de ellas en Bogotá, una en Medellín, una en Santa Marta y otra en Barranquilla, motivo de esta reunión con el lanzamiento del hotel bh en la capital del Atlántico.
Morales afirmó que el éxito de la cadena es apelar a un crecimiento muy estudiado en dónde se buscan los mejores sitios para la construcción, ítem o diferencial muy determinante en el negocio hotelero.