El agua de la llave es apta para el consumo de los usuarios cartageneros porque cumple con los criterios de potabilización que exige la legislación vigente en Colombia, regulada por los ministerios de Vivienda, Ciudad y Territorio y Salud y Protección Social, al igual que el Dadis en Cartagena.
La calidad del agua, en la red de distribución, que se entrega a todos los hogares de la ciudad está certificada y se alinea a los exigentes niveles de cumplimiento en sus características físicas, químicas y microbiológicas establecidas en el Decreto 1575/2007 y la Resolución 2115/2007.
En las muestras de calidad, tomadas durante el primer trimestre de 2023, se identificó que el Índice de Riesgo de la Calidad del Agua – IRCA es inferior al 1 %, con lo cual se ratifica que el agua que consumen los cartageneros es una de las mejores del país, teniendo en cuenta que la regulación establece hasta el 5 % apta para el ser humano.
Esta gestión responsable de agua se mantiene desde la captación, tratamiento y distribución y por eso, actualmente cuando la empresa enfrenta la problemática por la proliferación de microalgas, que están ocasionando dificultades operativas en las plantas de tratamiento de El Bosque, Acuacar garantiza la potabilidad del agua que reciben sus más de 300.000 usuarios.
“Quiero ser preciso en que este fenómeno natural no tiene ningún riesgo para la calidad del agua que reciben los cartageneros porque conserva las condiciones de potabilidad. Se puede beber agua de la llave”, manifestó enfáticamente el gerente general de Acuacar, Manuel Vicente Barrera Medina.
Admitió que los cambios sensibles registrados en la fuente de captación del agua cruda, cuenca baja del Canal del Dique, obedecen a la presencia de la “floración algal” y reiteró que esta contingencia no está alterando la calidad del agua que consume la ciudad, pero sí obliga a redoblar esfuerzos operativos en los procesos de filtración y sedimentación de las plantas de potabilización.
Apoyo científico en Acuacar es la clave
Precisó que para controlar estos microorganismos, la empresa ha recurrido al apoyo de científicos con el fin de desarrollar soluciones biológicas, químicas o también con tecnología de innovación como el uso de ondas de sonido ultrasónicas.
Para José Zapata, biólogo y también gerente de Medio Ambiente y Calidad de Acuacar, es normal que las microalgas habiten las aguas dulces o marinas y son la base de la cadena alimenticia porque realizan la fotosíntesis y sirven de alimentos a los animales y otras especies.
“Debido al cambio climático que genera aumento de la radiación solar, altas temperaturas y ausencia de lluvias, a lo que se suma, que el Canal del Dique recibe el 80% de aguas residuales del país, que van muy cargadas de nutrientes, las microalgas crecen en exceso, aumentando su densidad. De esta manera al llegar con estos caudales de agua cruda a las plantas de tratamiento El Bosque, colmatan los sedimentadores, filtros y la empresa opta por detener transitoriamente, los procesos de potabilización para proceder con lavados y limpiezas de las áreas taponadas por las colonias de microalgas”, explicó Zapata.
Este escenario genera la disminución del 15 % en la producción operativa de las plantas, lo que a su vez se refleja en bajas presiones y ausencias parciales de agua en diversos barrios de la ciudad.
“Estamos tomando las previsiones del caso y actuando de manera cautelar con el fin de solucionar este episodio. Esperamos que el clima nos ayude con la llegada de las lluvias para que disminuya considerablemente este problema”, puntualizó Barrera Medina.