Crece el consumo de arepas en el país, impulsado por la llegada al negocio de jugadores como la empresa Alpina.
Las cifras de la firma especializada en estudios de mercados Raddar indican que el año pasado los hogares colombianos gastaron en compra del alimento 504.947 millones de pesos, con un crecimiento del 4,9 por ciento, contra el año antepasado, cuando destinaron 481.316 millones de pesos.
En los últimos 10 años, el valor del gasto prácticamente se duplicó, pues en 2009 las familias colombianas solo consumían 262.432 millones de pesos, y actualmente es casi el doble.
Sin embargo, según el reporte de Raddar, el año de mayor crecimiento fue el 2011, cuando el gasto de los hogares en arepas se ubicó en 305.312 millones de pesos, al subir 10,1 por ciento, frente al 2010, periodo en el que llegó a 277.348 millones de pesos.
Entre tanto, los ingresos operacionales de Don Maíz, empresa que emplea 354 trabajadores, sumaron 46.182 millones de pesos en el 2018, con un aumento del 11,1 por ciento, frente al 2017, cuando totalizaron 41.548 millones de pesos.
Las utilidades de la compañía también repuntaron, al ubicarse en 2.957 millones de pesos, con un alza de 82,6 por ciento, contra el 2017, cuando se situaron en 1.619 millones de pesos.
Aunque siente el peso del auge de marcas propias para las cadenas de descuentos duros, la empresa pone en el mercado unas 4.500 toneladas anuales de arepas.
Entre sus líneas de mejor desempeño están las de queso, con un crecimiento anual de cerca del 10 por ciento en volumen, y las repletas, con alrededor del 20 por ciento.
En general, las diferentes líneas de producción de la compañía (queso, repletas, blancas y variedades) crecen 12 por ciento anual en pesos y el 6 por ciento en cuanto a volumen.
A nivel de marcas, se estima que Don Maíz tuvo, al finalizar el 2017, una participación de mercado del 29,3 por ciento, con una diferencia importante respecto a Doña Paisa, la segunda, que reportó 12,4 por ciento; Sary, con 9,8 por ciento, y Pan (sello de la empresa venezolana Alimentos Polar), con 4,5 por ciento.
Buen comportamiento en facturación
Don Maíz señala como algunas causas del buen comportamiento de su facturación la apertura de más canales de ventas, el desarrollo de un nuevo operador logístico para refrigerados y secos, y la mejora en la eficiencia de la productividad de su planta en Bogotá.
Don Maíz nació en 1998 como un proyecto artesanal, y con el paso de los años se ha convertido en una próspera industria que, además, fabrica, entre otros, empanadas, tortillas y complementos como encurtidos de ají y hogao. Empero, las arepas representan alrededor del 90 por ciento de los ingresos.
La empresa fue fundada por Libia Jaramillo en 1998, pero desde 1983 ya actuaba como un negocio casero, con una red que le permitía cubrir supermercados y distintos puntos de venta en el país.
En 2017, Libia Jaramillo, con el 50 por ciento de la propiedad accionaria de Don Maíz, y 10 de los miembros de su familia, con el 50 por ciento restante, dieron un paso al costado tras la oferta de Azul Nevado, compañía que era entonces propiedad de algunos socios de Alpina.
No obstante, en septiembre del año pasado, los propietarios de Azul Nevado decidieron aportar la totalidad de sus participaciones en Don Maíz al Grupo Alpina, por lo que este pasó a controlar la marca, la producción y su distribución. Como se dijo, los socios de Azul Nevado ya tenían participación accionaria en Alpina, pero Don Maíz se trataba, hasta ese momento, de un negocio aparte.
Inmigración, más consumo
La empresa de origen venezolano Alimentos Polar Colombia considera que la similitud cultural entre colombianos y venezolanos se refleja en hábitos de los consumidores en el país.
“Sabemos la importancia que tiene la arepa en los hogares colombianos, por eso buscamos darles productos para contribuir con su alimentación, ya sea a través de la harina precocida o la arepa lista para consumir”, dice el gerente general de Alimentos Polar Colombia, José Antonio Pulido.
La empresa está ampliando la planta de producción de harinas precocidas de Facatativá, con una inversión de 30.000 millones de pesos.
¿La inmigración venezolana aumentó el consumo de arepas en Colombia? “Sí. El fenómeno es aún más notorio, al ser una parte fundamental de la alimentación en Colombia”, agrega el directivo. En promedio, un venezolano come 40 veces más arepa de maíz al año que un colombiano.
“Con la inmigración venezolana el consumo (de arepas y harina precocida) ha aumentado a doble dígito, lo que también se ha visto reflejado en nuestras ventas. Adicionalmente, el fenómeno de la inmigración ha permitido el aumento de exportaciones a países como Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Centroamérica, donde están ellos”, agrega el directivo.
El aumento del consumo de arepas se debe a que la vida moderna no deja el mismo tiempo que tenían las abuelas, que se ocupaban de moler el maíz. La gran industria enfrenta a la artesanal, entre otros, con laboratorios para la investigación y desarrollo de productos derivados del maíz, puntos de venta directos y flotillas de vehículos. Las ventas a mercados internacionales también están dentro de la estrategia para crecer de las compañías.