Las elecciones presidenciales en Taiwán tendrán lugar este sábado 13 de enero en medio de crecientes amenazas de China por invadir a ese país autónomo y profundas implicaciones para el resto del mundo.
Los comicios enfrentan al Partido Progresista Democrático (PPD), con Lai Ching Te, y el Kuomintang (KMT) encabezado por Ho Yu Ih, con un tercer candidato, Ko Wen-Je, del Partido Popular de Taiwán y exalcalde de Taipéi.
Las encuestas apuntan a que el candidato del oficialismo Lai, conocido también como William Lai, podría ganar y extender la política de la saliente presidente Tsai Ing Wen, que ha sido exitosa en muchos aspectos, según sondeos de opinión.
Sin embargo, el vocero del régimen chino calificó a Lai como un “grave peligro”, amenazando a los votantes taiwaneses con “turbulencias” en el estrecho de Taiwán, que divide a ambas naciones.
Esta elección se da en el marco internacional de una pugna entre China y los Estados Unidos, quienes tienen posturas radicalmente diferentes respecto de la identidad y el futuro de Taiwán.
China pretende anexar a Taiwán alegando que es una “provincia rebelde”. EEUU, por su parte, defiende la soberanía de la isla, incluso con el uso de las armas, mediante un tratado de protección de la isla.
El Kuomintang (KMT) gobernó Taiwán desde su fundación hasta que perdió las elecciones en 2016, fecha en que la actual presidente Wen del Partido Progresista Democrático (PPD) fue electa, para reelegirse en el 2020.
El KMT no ve “tan mal” buscar diálogos y acercamientos con el régimen comunista, manteniendo una autonomía. Entretanto, el PPD busca mantener la soberanía y el reconocimiento del país a nivel mundial.
Cualquiera que sea el resultado de la elección presidencial, China comunista sigue tratando de influir con campañas de desinformación para degradar la relación con EEUU y mostrándose benévolo con los taiwaneses, invitándolos a unirse a China, en el marco de la política comunista de “One China” o “Una sola China”.
La influencia de esta elección en la región podría servir para mostrar cómo tener una democracia libre y competitiva, aún bajo amenazas militares, presentándose como referencia a países como Corea del Sur, Hong Kong e incluso Japón.
En América Latina, este proceso electoral puede inspirar a los países de la región a fortalecer sus democracias, defenderlas y promover la unidad.