La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha entrado en una nueva fase de tensión este lunes, con ambos países endureciendo sus posturas y aplicando medidas que ya están teniendo repercusiones en la economía global.
En las últimas horas, Pekín anunció restricciones a la exportación de tierras raras y minerales estratégicos hacia Estados Unidos, una decisión que afecta directamente a la industria tecnológica y de energías renovables norteamericana, dependiente de estos insumos para la fabricación de semiconductores, baterías y componentes electrónicos.
Desde Washington, el presidente Donald Trump ratificó que los aranceles del 145% sobre productos chinos seguirán vigentes, pese a que la semana pasada se pausaron gravámenes similares para otros países.
La Casa Blanca también confirmó que en los próximos días se anunciarán nuevos aranceles para smartphones y dispositivos electrónicos, aunque algunos productos como laptops y televisores han recibido exenciones temporales para evitar un impacto inmediato en los consumidores estadounidenses.
China, por su parte, elevó el viernes pasado sus aranceles a productos estadounidenses hasta el 125%, una medida que afecta especialmente a bienes agrícolas y manufacturados. El Ministerio de Finanzas chino calificó las acciones de Estados Unidos como “intimidación unilateral” y advirtió que no cederán ante la presión.
El presidente Xi Jinping, en el inicio de una gira diplomática por el sudeste asiático, declaró que “no hay ganadores en una guerra arancelaria” y exigió a Washington eliminar los aranceles recíprocos para retomar el diálogo.
El conflicto ha escalado rápidamente en las últimas dos semanas. Estados Unidos incrementó los aranceles a las importaciones chinas del 54% al 145%, mientras que China respondió con subidas del 34% al 125% en sus propios gravámenes a productos estadounidenses.
Los agricultores estadounidenses, especialmente los productores de soja, están entre los más afectados, ya que China ha reducido drásticamente sus compras y busca proveedores alternativos como Brasil y Argentina. En el sector tecnológico, la incertidumbre sobre los aranceles a semiconductores y electrónicos mantiene en vilo a empresas como Apple, Nvidia y Dell.
Los mercados, en incertidumbre
La volatilidad se ha disparado en Wall Street y otras bolsas globales. El oro sube como refugio, mientras que el dólar pierde terreno frente a monedas consideradas seguras, como el franco suizo. Analistas advierten que la economía de Estados Unidos podría resentirse, con riesgos de inflación y caída en el comercio bilateral. Las exenciones temporales a productos electrónicos han dado un respiro a los consumidores estadounidenses, pero la amenaza de nuevos aranceles sectoriales mantiene paralizadas inversiones y decisiones de producción en ambos países.
No hay planes inmediatos para una llamada entre Trump y Xi Jinping, y ambos gobiernos se acusan mutuamente de dañar el orden económico global. El comercio directo entre Estados Unidos y China podría desplomarse en los próximos meses, con efectos en cadenas de suministro globales y posibles aumentos de precios para consumidores y empresas.
Pekín ha enviado cartas a otros países afectados por la política arancelaria de Washington, promoviendo un frente común y defendiendo un “mundo multipolar” frente al unilateralismo estadounidense.
Fuentes: Reuters, CNN, USA Today, BBC, The New York Times, Al Jazeera, The Conversation, Time, ABN Amro.