La Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, hizo un llamado al Gobierno Nacional a incrementar el presupuesto para el 2016, manteniendo como mínimo, la cifra asignada del 2015 como señal clara del compromiso con el agro. Así lo manifiesta Rafael Mejía López, presidente del gremio agropecuario, al señalar la preocupación de la institucionalidad gremial por la drástica reducción en un 52% del presupuesto del sector, pues el monto pasó de $4.2 billones en 2015 a un valor presupuestado de $2.05 billones.
“En momentos de restricciones fiscales es necesario abordar un presupuesto inteligente, con enfoque estratégico, que responda a los retos que el mismo Censo Nacional Agropecuario nos ayudó a ver claramente, en el sentido de facilitar a las zonas rurales las herramientas y capacidades que le permitan superar las brechas que las alejan de los niveles de vida en las zonas urbanas”, dice Rafael Mejía López, presidente de la SAC.
El agro en relación con otros sectores registra una de las mayores caídas, tanto en su monto total como en términos porcentuales, y el presupuesto de inversión del sector cayó en 58%. Por programas el escenario es aun más preocupante, con excepción del sostenimiento del presupuesto del la Unidad de Restitución de Tierras. Todas las demás entidades y programas, fundamentales para el ordenamiento de la actividad productiva (Upra), la sanidad animal y vegetal (ICA), la regulación de la actividad pesquera y piscícola (Aunap), el apoyo a la asistencia técnica y a la comercialización sufrieron recortes que en no pocos casos hacen inoperante programas claves para el sostenimiento de actividades productivas. La gran mayoría, cayeron entre el 50 y 90%. Subsectores estratégicos en la generación de empleo rural y desarrollo regional, que enfrentan una coyuntura de mercado internacional y nacional difícil, ven amenazada su supervivencia.
Para la SAC y sus afiliados, es claro que el desarrollo del sector agropecuario debe responder a una política de Estado y no a la coyuntura económica y política. Es por eso que las señales que se envían desde la misma iniciativa presupuestal deberían responder a las necesidades apremiantes de los productores.
El sector privado agropecuario reconoce que la situación fiscal del país no es fácil; sin embargo, el presupuesto para el 2016 podría brindar señales más claras de compromiso con el sector, cumpliendo un papel central en el posconflicto y en la sostenibilidad social y económica de las zonas rurales.