La situación energética del país se complicó aún más. Tras la parálisis en la operación de la hidroeléctrica de Guatapé, que suministra el 4 % de la energía del país y el fenómeno de El Niño, que puede prolongarse más de lo previsto, el Gobierno se vio obligado a tomar medidas de urgencia.
Una de ellas es recurrir a la importación de energía de Ecuador con el fin de evitar un racionamiento en el país. Así lo indicó el ministro de Minas y Energía, Tomás González, que señaló que la situación es muy complicada y que con lo que sucedió en Guatapé es “como si Colombia se quedara sin James cuando tiene que jugar la final del campeonato”.
Por eso, ante la pérdida de esa energía que se prolongará durante varios meses, el país tendrá que recurrir al país vecino, que está dispuesto a suministrarla.
Y es que la situación es muy difícil porque la hidroeléctrica de Guatapé, en el oriente antioqueño, estará sin servicio durante varios meses, ante un incendio presentado el pasado 15 de febrero que afectó más de 400 metros de cable. El fallo grave porque afectará el suministro de agua del embalse de El Peñol, el mayor tamaño en el país, a las hidroeléctricas de Playas y San Carlos. Esta última es la central más grande de Colombia.
A ello se suma que el nivel de los embalses sigue en descenso. Su nivel, en promedio, está por debajo del 44 % por cuenta del fuerte verano.
Lo más complicado es que Empresas Públicas de Medellín, dueña de Guatapé, anunció que la reparación de la hidroeléctrica se demorará y que, de las ocho unidades que tiene esta central para generar energía, solo estarán en funcionamiento dos de ellas en mayo próximo.
Las demás entrarán en operación paulatinamente y solo hasta septiembre estará en funcionamiento el 100 % de la hidroeléctrica y el embalse. Con esto, la situación del sector eléctrico colombiano pasó de castaño a oscuro.