Por Ronald Rangel
Datos del Registro Mercantil de la Cámara de Comercio de Barranquilla indican que en el primer trimestre del 2016, el número total de matriculados y renovados (personas naturales y sociedades) en el Atlántico fue de 33.948, con un incremento de 5.9% en comparación al reportado en similar período del 2015.
Las constituciones o matrículas sumaron 3.401 unidades productivas en 2016 con un incremento de 18.5%, frente a los primeros tres meses de 2015, este comportamiento contrasta con los resultados de las principales regiones del país en el mismo periodo, como Bogotá, 10.7%; Antioquia, 3.8%; Valle del Cauca, 13.6%; Santander, 8% y Cundinamarca, 6.2%.
Del total de matriculados y renovados, el 56% correspondió a personas naturales y el 44% restante a sociedades. Además, el número de personas naturales matriculadas y renovadas aumentó en 5.1% en enero-marzo del 2016 frente a igual período del 2015, mientras que el de sociedades lo hizo en 6.8%. En cuanto a cancelaciones de matrículas se observa que hubo un crecimiento del 7%, pasando de 631 a 675 de un trimestre a otro.
La presidente de Camcomercio, María José Vengoechea, dijo que el dinamismo empresarial en Atlántico experimentó un ritmo de crecimiento favorable tanto en número de matrículas como en la inversión neta de capital en sociedades, debido a la confianza que siguen teniendo los empresarios en esta sección del país, ya que encuentran un territorio que se caracteriza hoy por ofrecer a los inversionistas y emprendedores grandes oportunidades para el desarrollo de sus negocios y proyectos productivos.
Agregó que esto se reafirma con el resultado obtenido en el Índice de Confianza al Consumidor (ICC) de marzo de 2014, 2015 y 2016, elaborado por Fedesarrollo, el cual revela que Barranquilla ha venido mostrando uno de los mejores comportamientos entre las principales ciudades estudiadas como son Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga. Ello sin desconocer, la fase de desaceleración que atraviesa la economía mundial y la menor dinámica de la producción colombiana, ocasionada especialmente por la fuerte caída de los precios de los bienes minero-energéticos desde finales de 2014, hecho que mantiene el espectro de incertidumbre rondando a nivel global.