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Humedales artificiales, propuesta de estudiantes soledeños en México

Por Claudia Sarmiento

Ni las limitaciones económicas ni el desplazamiento forzado por la violencia han sido obstáculos suficientes para que Libardo José Naranjo Paternina y Diego Andrés Escorcia Buelvas, dos jóvenes estudiantes soledeños de undécimo grado, no hayan, a su corta edad, desarrollado una capacidad intelectual y un entusiasmo por el estudio que hoy los lleva a estar presentes en México, representando a su municipio en un congreso internacional de ciencias ambientales.
Libardo y Diego realizan el énfasis de muestras químicas en articulación con el Sena y su colegio la Institución Educativa San Antonio de Padua, y la etapa productiva de su curso lo materializaron con el proyecto de gestión ambiental “Humedales construidos para la gestión sostenible del recurso hídrico en comunidades rurales”, con el cual ganaron el pasado 26 de mayo el concurso nacional de la Fundación RedColsi, que es la Red Colombiana de Semilleros de Investigación.
En este concurso, su docente José Palacín presentó la iniciativa de los inquietos jóvenes y así se ganaron la invitación a presentar su ponencia en el XVI Congreso Internacional y XXII Congreso Nacional de Ciencias Ambientales en la Universidad Quintana Roo en Chetumal (México).
El proyecto busca crear un mecanismo para que las industrias encuentren la forma de minimizar sus flujos contaminantes a través de un mejor proceso de depuración, convirtiendo el 80 por ciento de las aguas residuales en agua potable y así evitar que los cuerpos naturales de agua desaparezcan producto de la alta contaminación.
“Este proyecto le gustó a muchas personas, incluyendo a la primera dama, que gracias a ella pudimos tener los tiquetes para viajar a México y presentar este proyecto que no queremos simplemente dejar en la institución, sino poder llevarlo a mayor escala en sectores diferentes a la comunidad donde nos encontramos”, deseó Diego Escorcia, quien por trámites de última hora perdió el vuelo que lo llevaría este miércoles a la tierra manita, sin embargo la persistencia y la gestión de la primera gestora social de Soledad, Alba Olaya, le permitieron tomar un nuevo vuelo al día siguiente para cumplir su objetivo de llegar a México
Otra carrera contra el tiempo vivió Libardo Naranjo, quien no tuvo la oportunidad para llegar a casa a buscar su maleta, y solo con sus sueños y la bandera de Soledad en sus hombros, tomó el avión que lo llevaría a escalar un peldaño muy importante para empezar a construir junto a Diego la meta de ser ingenieros.
“Nuestro instructor llevó el proyecto a México y gracias a Dios fue aprobado. El próximo jueves será la presentación de nuestra iniciativa”, dijo Libardo, ansioso por su primera vez en abordar una aeronave.
Diego Andrés Escorcia Buelvas tiene 17 años, nació en Salamina, Magdalena, a Soledad llegó producto del desplazamiento por el conflicto armado y ahora reside en el barrio Nueva Esperanza, mientras que Libardo José Naranjo Paternina tiene 18 años y vive en el barrio Ciudad Paraíso con su madre, una mujer cabeza de hogar que se ha esforzado por que su hijo tenga todas las oportunidades.
Ambas familias están orgullosas por los logros de Diego y Libardo, como lo están sus docentes del Colegio San Antonio de Padua y la Alcaldía de Soledad, pues todos se unieron para impulsar el sueño de estos jóvenes de convertirse en grandes científicos y aportar a la conservación del planeta con sus proyectos ambientales.

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