OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha acusado a la startup china DeepSeek de utilizar sus modelos de inteligencia artificial (IA) para entrenar su propio sistema, lo que podría constituir una violación de los términos de servicio de OpenAI.
Según declaraciones recogidas por Financial Times, la compañía estadounidense asegura haber encontrado indicios de que DeepSeek empleó una técnica conocida como «destilación» para replicar el conocimiento de sus modelos avanzados.
La destilación es un método común en el aprendizaje automático que permite a un modelo más pequeño aprender de uno más grande al imitar su comportamiento. OpenAI sostiene que DeepSeek utilizó esta técnica para desarrollar su modelo R1, un sistema de código abierto que ha ganado popularidad rápidamente por su eficiencia y bajo costo.
«El problema surge cuando se utiliza este proceso para crear un modelo propio con fines competitivos», señaló una fuente cercana a OpenAI. Según los términos de uso de la compañía, está prohibido emplear sus resultados para entrenar sistemas rivales.
DeepSeek ha negado las acusaciones y asegura que su modelo fue desarrollado con una inversión significativamente menor, utilizando solo 5,6 millones de dólares y 2,048 GPUs Nvidia H800.
Sin embargo, OpenAI y su socio Microsoft han iniciado una investigación tras detectar una posible exfiltración masiva de datos desde sus APIs a finales de 2024.
Según Bloomberg, esta actividad estaría vinculada a personas relacionadas con DeepSeek. El impacto de estas acusaciones ha sido significativo tanto en el ámbito tecnológico como financiero.
El modelo R1 de DeepSeek ha demostrado ser competitivo frente a los desarrollos más avanzados de OpenAI, pero a un costo mucho menor, lo cual ha generado incertidumbre en los mercados, afectando especialmente a empresas como Nvidia, cuyo valor bursátil sufrió una caída histórica debido al temor de que modelos más económicos reduzcan la demanda por hardware avanzado.
OpenAI: acusador acusado
Por otro lado, OpenAI enfrenta críticas por posibles contradicciones éticas. La compañía ha sido acusada previamente por medios como The New York Times de utilizar contenido protegido por derechos de autor para entrenar sus propios modelos sin autorización.
Esta dualidad ha puesto en el centro del debate las prácticas en torno al uso y protección de datos en la industria de la IA.Mientras tanto, DeepSeek continúa defendiendo la legitimidad de su modelo y destacando su compromiso con el código abierto.
«Nuestra tecnología es un avance significativo que democratiza el acceso a la inteligencia artificial», afirmó un portavoz de la empresa en respuesta a las acusaciones. Sin embargo, el caso subraya las tensiones crecientes entre Estados Unidos y China en la carrera por liderar el desarrollo global en inteligencia artificial.