El Junior de Barranquilla vive un comienzo de temporada complicado, tanto en lo futbolístico como en lo económico. Con tres empates consecutivos en la Liga BetPlay 2025 y una cifra preocupante de apenas 3.900 abonos vendidos hasta la fecha, el panorama parecía sombrío para el equipo tiburón hasta hace unas pocas horas cuando se conoció el regreso del ídolo Teófilo Gutiérrez, quien más allá de su edad (39), su inactividad en la alta competencia y su historial de lesiones en los años recientes, podría ser el revulsivo que el equipo y su hinchada necesitan para cambiar esta tendencia.
El retorno de Teo no solo genera expectativas por su aporte en la cancha, sino también por su impacto fuera de ella. A sus 39 años, el delantero barranquillero llega con la promesa de liderar al equipo hacia mejores resultados y devolverle a la afición la ilusión perdida.
“Quiero decirle a la gente que apoye, que se pongan la camiseta porque empezó la fiesta”, expresó Gutiérrez al ser presentado oficialmente. En lo deportivo, su experiencia y liderazgo son claves para un equipo que busca salir de una racha de empates ante rivales como Unión Magdalena y Deportivo Cali, pero más allá del balón, su regreso podría ser el impulso necesario para reactivar las finanzas del club.
El problema de los abonos
Hasta antes del anuncio de su fichaje, Junior enfrentaba una crisis en la venta de abonos. Según cifras oficiales, el club solo había vendido 3.900 abonos para esta temporada, una cifra muy baja considerando la capacidad del Estadio Metropolitano y el fervor histórico de su hinchada.
Este bajo interés se atribuye a los resultados recientes del equipo y a la falta de fichajes sonoros que motivaran a los aficionados a invertir en el plan de abonos, incluida la fallida intención de contratar a James Rodríguez.
Sin embargo, con la llegada de Teo, las expectativas han cambiado. El departamento de mercadeo del club confía en que el carisma y la conexión emocional del delantero con los hinchas logren revertir esta situación. “Con sus defectos y todo, es justo lo que necesitamos para llenar el estadio”, comentó un aficionado en redes sociales.
Un impacto económico directo
La venta de abonos no es un tema menor para Junior. Este ingreso representa una parte importante del presupuesto anual del club y permite financiar no solo los salarios de los jugadores, sino también mejorar las condiciones logísticas y deportivas.
En temporadas anteriores, cuando Junior ha contado con figuras como Yimmi Chará, Juan Fernando Quintero o Miguel Ángel Borja, las ventas han superado los 20.000 abonos.
Ahora, con Teo como principal atractivo, se espera recuperar ese nivel. Además, un estadio lleno no solo beneficia al club en términos financieros directos; también dinamiza sectores económicos clave en Barranquilla.
Los días de partido generan aumentos significativos en las ventas de restaurantes, transporte y comercio local. Según estimaciones pasadas, eventos deportivos importantes pueden incrementar las ventas hasta en un 60% en estas áreas.
El próximo jueves será una prueba clave tanto para Teófilo como para Junior. El equipo enfrentará al Once Caldas en casa, un partido que marcará no solo la presentación del delantero en esta nueva etapa con el club, sino también el cierre oficial de la campaña de abonos.
Las directivas esperan que este encuentro sea el punto de partida para un cambio positivo tanto en lo deportivo como en lo económico. Por ahora, todo apunta a que “el último baile” de Teo con Junior podría ser más que una despedida; podría ser el renacer que tanto necesita el equipo tiburón.